G8 Juego de Guerra. Sus consecuencias

18 de Agosto de 2001
En la ciudad de Pisa, entre la Scuola Normale (fundada por Napoleon) y la Plaza de los Milagros (donde esta la Torre) hay una constelación de edificios universitarios, pues Pisa es una enorme universidad con una pequeña ciudad medioeval dentro. En varios de estos edificios universitarios hay pegado un cartel – los estudiantes de Pisa pegan carteles pero no escriben en las paredes antiguas – que dice “G8 Centrado y hundido”. La referencia al juego llamado “guerra naval” es obvia pues efectivamente una letra y un numero poblaron nuestras tardes lluviosas frente al papel cuadriculado donde habíamos dibujado tres barquitos y el modo de centrarlos era dando esas coordenadas alfanuméricas. El G8 de Génova ha sido un fracaso político para el gobierno Berlusconi y así como la victoria tiene muchos padres, la derrota es guacha. Como ha reconocido el jefe de policía De Genaro, convocado por la Comisión parlamentaria de investigación, hubo excesos injustificados en la represión.
No se trata solo del episodio del asesinato de Carlo Giuliani sino de muchos hechos que se dieron durante la defensa de la zona roja, durante la irrupción en la escuela Diaz, donde alojaban parte de los monos blancos y lo que es mas terrible los excesos en las comisarías, sobretodo en la Bolzanetto.
La imagen del juego de guerra de los estudiantes pisanos es muy ingeniosa pues consigue con muy poca información evocarnos muchas ideas. La primera es que efectivamente el G8 de Génova fue un juego de guerra, como esos que practican los militares con la diferencia que si están bien hechos son simples simulaciones, no hay muertos ni heridos de verdad. Este es una caso intermedio entre el juego de guerra y la guerrilla urbana.
Es obvio que la decision de “jugar fuerte” vino por parte de los manifestantes, pero eso se sabia desde Seatle. Estamos frente a formas de violencia internacional dificilmente caracterizables desde el punto de vista ideologico pero eficientes y erraticas. Hubo una falta de leadership en los organizadores del antiglobal, comenzando por el dr. Agnoletto, para separar a los manifestantes pacíficos de los violentos. Se sabe, la violencia es un turbión que muele todo.
Lo que asusta en el caso de Génova es el uso de practicas violentas por parte de las fuerzas del orden. Creemos en el relato de Alfonso De Munno, 26 anos fotógrafo Freelance en Roma. Que tiene un pie fracturado una costilla rota, la cara tumefacta y el cuerpo lleno de moretones. Detenido el sábado 21 de julio por la tarde y llevado a la comisaria Bolzanetto, le pegaron durante la detención, le ataron las manos con adhesivo, lo arrojaron del ómnibus al grito de viva Pinochet, le pegaron, le secuestraron los 12 rollos de fotos y mientras le pegaban cantaban “Faccetta nera”, cancion fascista . Creemos también a las jóvenes austríacas obligadas a estar de pie, desnudas, maltratadas y amenazadas con estupro si no obedecían. No obstante, no creemos que se trate de un brote fascista en Italia. Seria muy facil! El tiempo no vuelve atrás, sabríamos como se van a comportar y como tendríamos que comportarnos nosotros. Se trata de algo mas complejo, mas sutil y que no toca solo Italia, pero que – como siempre políticamente – aquí se anticipa.
Sin incomodar a Hobes con citas sobre la índole humana no podemos esconder que el uso de la violencia por parte del Estado encierra siempre peligros que si no son férreamente controlados degeneran.
El Ministro del Interior Scialoja, para mostrar su extraneidad a los hechos decapitó el vértice de la policía, le echó la culpa a la impreparacion y a la falta de colaboración de las 15 policías extrajeras que prácticamente no le dijeron nada orientador sobre los terribles Black Box. Lo que es es peor, tiene miedo y quiere anular los dos próximos meetings internacionales que se deben hacer en Italia: en septiembre reunión de la Nato en Nápoles y en noviembre el de la Fao, en Roma.
El panorama es complejo y variado. Dentro del propio gobierno, Aleanza Nazionale, a través del prof. Domenico Fisichella es contraria a estas renuncias y sus argumentos son sólidos: si un estado anula actos internacionales por miedo a la invasión de violentos o a los excesos de sus propias fuerzas de seguridad renuncia a una parte importante de la soberanía y acepta la medioevalizacion que ya iniciaron las urbes americanas con barrios y sectores separados, defendidos y un hinterland descontrolado. El subsecretario del Interior, Taormina, anunció que iba a defender a uno de los policías separados de su cargo como abogado penalista. Tuvo que retractar frente a una explosión de rabia del Ministro Sciajoja. Walter Veltroni, de los Democráticos de Izquierda, intendente de Roma declara que la ciudad no puede substraerse a la obligación de hospedar una reunión sobre el hambre en el mundo en la única sede de Naciones Unidas en Italia. Rosa Jusso Jervolino, de la Margarita (el otro núcleo de la oposición), intendente de Nápoles tiene tanto miedo como el Ministro del Interior, pues si Génova es explosiva, Nápoles es un polvorín . Además la reunión de septiembre es de la Nato, o sea una maquina de guerra para un juego de guerra.
Observemos con atención los acontecimientos posteriores al G8, incluyendo la bomba en Venecia del jueves 9 de agosto, pues son tan reveladores como éste. El G8 arruinó el verano italiano y mostró lo cerca que estamos siempre de excesos violentos. El viejo Estado, maltrecho, desprestigiado en su políticos, deberá asumir nuevamente sus responsabilidades para no medioevalizar la sociedad del siglo XXI. La sociedad civil, por su parte deberá mantener un control férreo pues no puede tolerar ninguna violencia injustificada por parte de las fuerzas publicas, cualesquiera sean las condiciones. Los argentinos saben hasta donde se puede llegar una vez iniciado ese camino y es una ingenuidad pensar que algún país esta realmente excento.